El Amor de Dios, su Perdón y Corrección

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En la Palabra

Lectura: Números 14-15, Salmo 90

Cuando el pueblo escuchó el reporte de 10 de los espías, les infundió temor e inmediatamente se quejaron contra Dios. Hubieran deseado permanecer en Egipto como esclavos e inclusive hablaron de volver a Egipto. Josué y Caleb sin embargo confiaban plenamente en el Señor y dijeron al pueblo que no se rebelaran contra Dios, que Jehová estaba con ellos y podían comer a sus enemigos como pan (14:8). Fue tal el enojo de  Dios que le dijo a Moisés que los iba a destruir y pondría a Moisés sobre un pueblo mas grande y fuerte que ellos. Sin embargo, Moisés intercedió por Israel.

17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: 18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.

19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí. (Num. 14:17-19).

Dios los perdonó pero la consecuencia de su rebelión fue grande, tendrían que pasar 40 años en el desierto y ninguno mayor de 20 años entraría en la Tierra Prometida. Además, los 10 espías murieron de plaga.

En respuesta a esta sentencia, el pueblo quiso entrar a la Tierra Prometida y pelear, sin embargo Moisés les advirtió que no lo hicieran porque Dios se había apartado de ellos por su rebelión. El resultado fue que fueron derrotados.

En el capítulo 15 Dios da a Moisés instrucciones sobre los sacrificios que debían presentar una vez que entraran en la Tierra Prometida. Además les dice que pusieran franjas en sus vestidos para que al verlas recordaran los mandamientos de Jehová para ponerlos por obra y fueran santos para Dios.

En la Práctica

La lección de estos pasajes es muy reveladora, la desobediencia al mandato claro de Dios tiene consecuencias. Aunque Dios es misericordioso y paciente, no da por inocente al culpable. Este es un atributo de Dios que muchas veces ignoramos o enfatizamos de mas, es decir, a veces pensamos de Dios como un abuelito consentidor que todo lo pasa por alto u otras veces tenemos la idea de Dios como un policía cósmico que esta viendo quien hace algo indebido para castigarlo.  Sin embargo Dios es un Dios amoroso que perdona pero por su mismo amor corrige.

Aquí también hay una lección para los líderes. Moisés se debió haber sentido traicionado por el pueblo, y su reacción emocional pudo haber sido,  “si Señor, acaba con este pueblo rebelde y si tu me pones con un pueblo mas grande y mas fuerte podremos hacer grandes cosas…” (14:12) Sin embargo Moisés conocía el propósito de Dios para Israel y sabía que Dios podía cumplir su Palabra. No es una gran tentación para los líderes tener una iglesia mas grande y mas fuerte, pero Dios nos ha puesto en donde estamos porque Dios va a cumplir su propósito en nosotros.

En Oración

Gracias Señor que eres un Dios de amor pero al mismo tiempo que nos amas y como un padre amoroso nos corriges. Gracias por tus promesas, por tu paciencia y porque puedo confiar que tu vas a cumplir tu propósito en nosotros. Como Moisés puedo decir: “Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.” (Sal. 90:17) Por Jesucristo, amen.

Lecciones Prácticas para la Vida Crisitana

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En la Palabra

Lectura: Números 11-13

Por primera vez después de la idolatría en el monte Sinaí cuando adoraron al becerro de oro, el pueblo comienza a quejarse por no tener carne para comer. Dios envía fuego que quema las orillas del campamento. Cuando vio Moisés esta actitud del pueblo le dolió mucho al grado que le preguntó al Señor por qué tenía Moisés que llevar a ese pueblo y de dónde iba a sacar carne para darles de comer. Tal fue la desesperación de Moisés que le pidió a Dios que le diera muerte. Dios responde diciendo a Moisés que consiguiera 70 varones y los trajera delante del tabernáculo, allí Dios puso del espíritu que dio a Moisés en los varones quienes profetizaron.

Dios envió codornices por un mes para que el pueblo comiera carne hasta quedar hartos, pero también envío una plaga que trajo muerte al pueblo y dice la Biblia que fue por codicioso.

Aarón y María murmuraron contra Moisés porque había tomado una mujer que no era Israelita. Dios les juzgo por hablar en contra de Moisés y María quedó leprosa. Moisés, que dice este pasaje en Números 12 era el varón mas manso de la tierra, intercedió por María y Dios la restauró pero debía permanecer fuera del campamento por 7 días durante los cuales Israel no pudo seguir adelante.

En la lectura de este día también leemos de la asignación de 12 espías, uno por cada tribu, que Moisés envía para reconocer la tierra de Canaán. Cuando regresaron dieron un buen reporte de la tierra, pero 10 de ellos infundieron temor al pueblo diciendo que no podían conquistarla, que los pueblos en ella eran numerosos, que eran guerreros, que las ciudades eran amurallada e inclusive que había gigantes. Solo Caleb y Josué creían que podían entrar y conquistar la tierra.

En la Práctica

Estos capítulos están llenos de enseñanza para todo creyente. En primer lugar nos habla de la influencia negativa de los incrédulos sobre el pueblo de Dios. Aquellos que comenzaron a quejarse fueron los extranjeros que se mezclaron con el pueblo y habitaban en las orillas del campamento. Así hay personas que no son creyentes, pero que están entre el pueblo de Dios, nunca se acercan a la presencia de Dios para habitar con El, pero constantemente se quejan e influyen al pueblo de Dios. Esto no quiere decir que los creyentes no tienen responsabilidad. Cada uno es responsable ante Dios de su comportamiento.

También aprendemos lo grave de murmurar contra los líderes puestos por Dios. Aunque Moisés hizo algo incorrecto, es Dios quien juzga a sus líderes. Aparentemente Aarón y María pensaron que Dios iba a quitar a Moisés del liderazgo y los iba a poner a ellos.  “¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.” (12:2). Dios tiene que juzgar a quien murmura y por causa de ellos el pueblo no puede seguir adelante. Dejemos que Dios sea el juez aún cuando nuestros líderes a nuestros ojos están equivocados. Tristemente hay muchas personas que les interesa la posición y el poder. No les interesa el bienestar de los hermanos, especialmente de sus líderes y muchas veces los quieren hundir y cargar de críticas.

Finalmente tenemos una lección de fe. Aunque Dios había prometido darles la tierra de Canaán, los espías no confiaron en la Palabra de Dios sino que solo miraron las circunstancias. Las dificultades eran reales. No se trata tampoco de ignorar la realidad, la fe puede ver la realidad pero confía en que Dios es poderoso para vencer las circunstancias. Los obstáculos son aquellas cosas que ves cuando dejas de ver a Dios.

En Oración

Gracias Señor por tu Palabra y por la enseñanza maravillosa que me das a través de ella. Necesito de tu sabiduría para vivir de acuerdo a tu Palabra y honrarte con mi vida. Por Cristo te lo pido, amén

El Guía de tu Vida

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En la Palabra

Lectura: Números 8-10

Moisés relata cómo fueron encendidas las lámparas del candelero en el tabernáculo así como también relata con otros detalles la consagración de los sacerdotes. Moisés y los levitas hicieron como mandó el Señor y así fueron consagrados y vinieron a ejercer su ministerio delante del tabernáculo de reunión.

El pueblo de Israel por primera vez celebra la pascua después de la salida de Egipto. Una vez que el tabernáculo estaba terminado, Dios le mandó a Moisés que celebrara la pascua el día 14 del mes primero en el año segundo de la salida de Egipto.

El Señor se manifestó su presencia sobre la congregación en el tabernáculo, con una nube durante el día una apariencia como de fuego durante la noche. Dios fue guiando al pueblo, cuando la nube se levantaba, todo el pueblo se movilizaba en orden. Las tribus marchaban en el orden asignado, cada uno de los tres clanes de los levitas se hacia cargo de transportar el tabernáculo. Así el pueblo de Israel comenzó su marcha en el desierto para llegar a la tierra prometida.

Para alertar y movilizar al pueblo, Dios le ordenó a Moisés hacer unas trompetas de plata. Estas eran sonadas para convocar al pueblo a reunión o a guerra o a celebración.

Así dice la Palabra que Dios guiaba a Israel:

Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento. Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel. (10:34-36)

En la Práctica

Hay varias cosas que son importantes notar en la lectura de este día; en primer lugar la constante repetición de la frase “hicieron todo como Jehová lo había mandado.” Las direcciones que Dios dio a Moisés eran muchas y muy detalladas pero Moisés y el pueblo hicieron lo que Dios les pidió. En segundo lugar podemos notar la guía del Señor para el pueblo. Dios manifestó su presencia por medio de la nube y de la apariencia de fuego en la noche. El pueblo de Israel podía ver la presencia de Dios. Cuando se levantaba la nube, todo el pueblo marchaba en orden. ¡Que impresionante debió haber sido ver alrededor de dos millones de personas marchar en orden en el desierto! Pero mas maravilloso verlos que iban siguiendo a Dios quien los guiaba con su presencia.

¿Dios todavía nos guía de una manera clara y precisa? ¿Sería mejor ver la nube o la apariencia de fuego para seguirle? El Señor Jesús dijo que convenía que el se fuera porque enviaría al Espíritu Santo que estaría en nosotros. El Espíritu Santo nos hace saber la voluntad precisa y clara de Dios. Lo que necesitamos es estar en una correcta relación con El.

Dios anhela tener una relación con nosotros, desarrollar esta relación nos permite ver y seguir la voluntad de Dios en obediencia.

En Oración

Gracias Señor por tu Espíritu Santo que me has dado. Gracias que El me enseña y me guía. Quiero ser sensible a tu dirección y poder vivir de acuerdo a tu voluntad, para la gloria de tu Nombre. En Jesucristo te lo pido; amén.

La Preeminencia del Príncipe de Judá

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En la Palabra

Lectura: Números 7

Una vez que el Tabernáculo había sido terminado y santificado, Dios le dijo a Moisés que los príncipes de cada tribu presentarían ofrendas a Jehová uno por cada día. La ofrenda consistía de:

13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; 14 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso; 15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 16 un macho cabrío para expiación; 17 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.

El primer día correspondió a Naasón de la tribu de Judá. El segundo día fue Natanael de la tribu de Isacar. El tercer día fue Eliab de la tribu de Zabulón. El cuarto día correspondió a Elisur de la tribu de Rubén. El quinto día fue Selumiel de Simeón. El sexto día Elisafat de Gad. El séptimo día Elisama de la tribu de Efraín. El octavo día correspondió la ofrenda a Gamaliel de la tribu de Manasés. El noveno día fue la tribu de Benajamín por medio de Abidán. El décimo día fue el turno de la tribu de Dan por medio de Ahiezer. El onceavo día le correspondió a Pagiel de la tribu de Aser. El doceavo día fue Ahira de la tribu de Neftalí.

El capítulo termina diciendo que cuando Moisés entraba en el Santuario, Dios hablaba con el desde encima del propiciatorio,  en el Arca del Pacto, de en medio de los querubines.

En la Práctica

¿Quién tiene la preeminencia? ¿Por qué fue Judá al que se le dio el honor de ofrendar primero? ¿Por qué fue al primero que se le asignó el lugar que ocuparía en el campamento en lado este frente a la puerta del santuario? (Num.2) ¿Recuerdas Génesis 49 donde Jacob profetiza sobre sus hijos antes de morir y a Judá le asigna el cetro del gobernante? Es interesante notar que a cada uno de los que presentaron ofrenda de cada tribu se les dice príncipe: “El segundo día ofreció Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar.” Al único que no se le llama príncipe es a Naasón de la tribu de Judá. “Y el que ofreció su ofrenda el primer día fue Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.” ¿Por qué? Porque el León de la tribu de Judá, Jesucristo es el príncipe.

¿Quién tiene la preeminencia en el trono de tu vida?

En Oración

Señor Jesús, tu eres Rey y quien tienes la preeminencia. Señor reconozco que muchas veces el “yo” quiere estar gobernando sobre el trono de mi vida, pero tu me recuerdas que con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi. Reina en mi vida y en mi corazón, en tu Nombre, así sea.

La Bendición de Jehová

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En la Palabra

Lectura: Números 5 – 6

El Señor da a Moisés algunos mandamientos sobre asuntos que para nosotros actualmente nos parecen extraños. Primero le mandó a Moisés que el pueblo debía de echar fuera del campamento a hombres y mujeres que padecieran de lepra o flujo de semen o se hubieren contaminado con muerto.  Después da reglamentos en cuanto a restituir por alguna ofensa. La persona debía confesar su pecado al sacerdote, ofrecer sacrificio de expiación y restituir aquello por lo que ofendió añadiendo el 20%. Si un hombre tenía espíritu de celos con su esposa pero no tuviere pruebas, debía llevarla al sacerdote y este preparaba un brebaje que le daba a la mujer. Si la mujer fue infiel, se le inflamaría el vientre y quedaría estéril, esto sería una maldición.

El Señor también establece los requisitos para aquellos que fueren consagrados con el voto del Nazareno. No debía tomar o comer ningún producto de la uva (vino, sidra, etc.); además no cortaría su cabello. No se acercaría a cuerpo muerto aún si fuere su padre o madre. El voto podía tomarse por cierto tiempo y debía presentar ofrendas a Dios por medio del sacerdote.

Jehová mandó a Moisés que los sacerdotes bendijeran al pueblo diciendo:

Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. (Números 6:24-27)

En la Práctica

Seguramente estas leyes de echar fuera del campamento a los leprosos o contaminados por tocar un cuerpo muerto , las leyes de restitución o de los celos nos parezcan extrañas; pero creo que el Señor explica la razón diciendo: “para que no contaminen el campamento donde yo habito.” (5:3) Recordemos que Dios está enseñando al pueblo de Israel lo que significa la santidad de Dios, y su demanda al pueblo para que sean santos, a través de lecciones objetivas. Dios habitaba en medio de ellos; el pueblo tenía la obligación de vivir de acuerdo a los estatutos de Dios y no a los suyos propios. ¿Por qué Dios le dijo a Adán y Eva que podían comer de todos los árboles del huerto pero no del árbol de la ciencia del bien y el mal? La serpiente le dijo al hombre que la razón es porque sería como Dios, es decir, podría manejar su vida como el quisiera y no tendría que depender mas de Dios. Pero la razón de Dios es para que el hombre supiera que tiene que depender de lo que Dios dice. 

Tal vez lo mas maravilloso de la lectura de este día es entender que Dios quiere bendecir a su pueblo. En la bendición sacerdotal del capítulo 6:24-27 vemos el corazón de Dios para su pueblo. Dios se quiere manifestar, revelarse a su pueblo y tener misericordia darle paz. ¿No te gustaría esta bendición para ti y tus hijos?

Como sacerdote, tu puedes declarar esta bendición para ti y tus hijos; declárala y recíbela en el nombre de Jesús.

En Oración

Señor, en el Nombre de Jesús te pido que me bendigas y me guarde, que hagas resplandecer tu rostro sobre mi y mi familia y que tengas de nosotros misericordia. Levanta tu rostro sobre nosotros y danos paz, que tu Nombre y tu bendición estén sobre mi y mi familia. Por Jesucristo lo pido, amén.

El Llamado y Privelegio de los Levitas

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En la Palabra

Lectura: Números 3-4

Dios le pide a Moisés hacer un conteo (censo) de la tribu de Leví a quien el Señor escogió para las labores sacerdotales. Los que serían contados debían ser mayores de 30 años.

“Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan, y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo; (3:6-7)

Así mismo Dios estableció las posiciones donde cada uno de los clanes Levitas acamparía. Leví tenía tres clanes, Gersón, Coat y Merari. Aaron y Moisés acamparían frente a la puerta del atrio del Tabernáculo, es decir al Este.  Gersón acamparía a espaldas del Tabernáculo, al Occidente y estarían a cargo de la tienda y su cubierta, la cortina de la puerta del tabernáculo.  Coat acamparía al lado sur del Tabernáculo y ellos estarían a cargo del arca, la mesa, el candelero, los altares, los utensilios del santuario y el velo con todo su servicio. Finamente Merari acamparía al lado Norte del tabernáculo y estaría a cargo la custodia de las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas y todos sus enseres. La cuenta de Levitas por clanes fue: Coat 2,650; Gersón 2,630 y Merari 3,200; el total de Levitas mayores a 30 años aptos para el servicio del tabernáculo fue de 8,580.

En la Práctica

La tribu de Leví recibió el llamado especial para ser sacerdotes y poder acercarse a la habitación de Dios y levantar el tabernáculo. Esto tiene un gran significado para los creyentes en el Nuevo Testamento. El apóstol Pedro dice que ahora nosotros somos una casa espiritual y un sacerdocio santo, llamados a ofrecer sacrificios espirituales a Dios. En el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan dice que Jesucristo nos amó y con sus sangre nos limpió y nos hizo un reino de sacerdotes y gente santa (Apo. 1:6) Igualmente en la su visión de la adoración celestial los 24 ancianos (que representan a los redimidos) se postraban ante el Cordero “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apo.5:9-10).

¡Que privilegio tenemos como sacerdotes! No fuimos redimidos con sangre de becerros ni machos cabríos sino con la misma sangre de Jesucristo. Y su sangre no solo cubre el pecado sino que quita el pecado. Ahora podemos ministrar a Dios en el Lugar Santísimo, ante su presencia. Como dice el autor de Hebreos, acerquémonos confiadamente ante el trono de gracia.

En Oración

Gracia Señor por hacerme un sacerdote para ofrecerte sacrificios espirituales en tu misma presencia. Quiero presentarme delante de ti cada día y gozad de la relación que puedo tener con Dios por medio de Cristo. Así sea

Un Dios de Orden

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En la Palabra

Lectura: Números 1 – 2

Aqui comienza el libro de Números. En el capítulo uno Dios manda a Moisés hacer un censo de todos los varones mayores de 20 años. Rubén 46,500; Simeón 59,300; Gad 45,650; Judá 74,600; Isacar 54,400; Zabulón 57,400; Efraín 40,500; Manases 32,200, Benjamín 35,400; Dan 62,500; Aser 41,500 y Neftalí 53,400. El total fue de 603,550. La tribu de Leví no es incluida en este censo ya que Dios consagró a la tribu de Leví para el sacerdocio y para el trabajo en el Tabernáculo, incluyendo su transportación. Cualquier persona que no fuera de la tribu de Leví que se acercara al Tabernáculo moriría.

Y cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acercare morirá. Los hijos de Israel acamparán cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, por sus ejércitos; (1:51-52)

En el capitulo dos Dios le da a Moisés del orden en que acamparía todo el pueblo alrededor del Tabernáculo, cada uno con su estandarte.

E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová mandó a Moisés; así acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres. (2:34)

En la Práctica

Dios es un Dios de orden. En todo el libro del Éxodo, con cada detalle del Tabernáculo en los utensilios, en los vestidos sacerdotales y los detalles del aceite de la unción, el Señor refleja orden. En el libro de Levítico con todos los detalles para cada sacrificio, el holocausto, la ofrenda por el pecado, la ofrenda de paz, la ofrenda de cereal, el Señor muestra orden. Ahora el Señor sigue mostrando orden en la posición en que deben acampar. En el Nuevo Testamento Dios da instrucciones de orden para las iglesias. A Timoteo, Pablo le dice que lo dejó en Éfeso para que supiera cómo conducirse en la iglesia de Dios. En toda la carta da instrucciones del orden de la iglesia, el liderazgo, el culto, los deberes cristianos, etc. A los cristianos de Corinto, Pablo tiene que escribir una carta para hablarles del orden en el culto (1 Corintios 14). Notemos algo maravilloso en todo lo que Dios dijo a Moisés y lo que Moisés y el pueblo hicieron;

E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová mandó a Moisés; así acamparon por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres. (2:34)

Hasta este momento esta es la característica del pueblo, hacían todo conforme a lo que mandó Jehová. ¡Que bendición es hacer las cosas de acuerdo a lo que dice Dios y no de acuerdo a nuestras imaginaciones o buenas intenciones!

¿Eres obediente a los principios y estatutos de Dios o a tu forma de ver la vida?

En Oración

Señor, tu muestras en tu Palabra,  y en toda la creación que eres un Dios de orden y que te agrada que hagamos las cosas como tu lo estableces. Quiero agradarte viviendo de acuerdo a tu Palabra; por Cristo, amésn.

Consecuencias de la Idolatria

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Lectura: Levítico 26-27

Las ultimas instrucciones en el libro de Levítico tienen que ver con las bendiciones de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia. La primera instrucción es la repetición del primer mandamiento de no tener ídolos delante de Dios.

Las bendiciones de obedecer  resultan en la provisión de todo lo necesario par la vida, alimento y seguridad. Los enemigos Israel huirían delante de el. Dios confirma su promesa anteponiendo su Nombre: “ Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.” (26:13)

Sin embargo, el resto del capítulo enseña acerca de las consecuencias de la desobediencia que incluyen: temor, cansancio, enfermedad, improductividad, infertilidad, tragedia, muerte, dispersión y cobardía; todo esto con un propósito:

»Pero si confiesan su maldad y la maldad de sus padres, y su traición y constante rebeldía contra mí, las cuales me han obligado a enviarlos al país de sus enemigos, y si su obstinado corazón se humilla y reconoce su pecado, entonces me acordaré de mi pacto con Jacob, Isaac y Abraham, y también me acordaré de la tierra. (26:40-42)

En la Práctica

A muchos de nosotros no nos gusta escuchar que Dios reprende y disciplina. A los que somos padres, en la cultura Occidental, se nos dice que disciplinar a un niño es incorrecto. Sin embargo estamos viendo las consecuencias de la falta de disciplina en nuestros hijos. Como un Padre amoroso, Dios corrige por medio de la disciplina. La disciplina siempre se da en amor y con el fin de corregir. La disciplina no se debe aplicar en enojo ni debe ser motivada por venganza. Eso no es disciplina.

Lo mas importante de este pasaje es el primer verso del capítulo 26: “No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios.” (26:1)

¿Has escuchado el dicho: “uno es lo que come”? En la vida espiritual, “uno es lo que adora.” Mira lo que dice el Salmo 115

Nuestro Dios está en los cielos;  todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres.  Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven … Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos.

¿Qué es tu ídolo? ¿El poder, la fama, el dinero, la vanagloria? Cualquier otra cosa que pongas antes que Dios es tu ídolo, y te vuelves semejante a el.

En Oración

Señor Jehová, solo tu eres el creador del cielo, la tierra y todo lo creado. Tu me creaste para ti.  Además me compraste con la sangre de tu Hijo Jesús. Tu eres fiel y misericordioso. Señor quiero ser fiel y leal a ti, amándote sobre todas las cosas; que no haya ídolos en mi corazón. Por Cristo te lo pido, así sea.

El Nombre de Dios

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En la Palabra

Lectura: Levítico 24-25

Jehová habló a Moisés y le dio mas leyes, esta vez acerca de las lámparas del santuario que debían estar encendidas desde la tarde hasta la mañana en el lugar santo dentro del tabernáculo. Además cada día de reposo los sacerdotes pondrían los panes sobre la mesa de la proposición, uno por tribu, es decir doce panes.

Dios también dio sentencia a un hombre de padre egipcio que blasfemó el nombre de Jehová. Su sentencia fue ser apedreado. El Señor declaró lo siguiente: “16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.” (24:16). Igualmente es señor estableció las leyes de restitución en caso de daño a animal, persona o posesión; la famosa ley del talión: “ojo por ojo, diente por diente.”

En el capitulo 23, Dios establece las leyes del Jubileo. La tierra era sembrada por seis años y el séptimo no la sembraban, era para el reposo de la tierra. Además cada 7 semanas de años, es decir, 49 años, se hacía una fiesta especial que se llamaba el año del Jubileo. Durante este año, las tierras pasaban a su dueño original, los esclavos israelitas eran liberados. El Señor da una promesa por cumplir sus estatutos:

18 Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; 19 y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. (25:18-19)

En la Práctica

Uno de los aspectos que me llama mucho la atención de este pasaje es la sentencia que se le dictó a este hombre hijo de un egipcio pero de madre hebrea. Por blasfemar el nombre de Jehová, el Señor declaró que debía ser apedreado por los que lo escucharon. ¡Que responsabilidad tan grande tanto para Moisés como para los testigos! Recordemos que el 6º mandamiento dice expresamente “No matarás.” Esto quiere decir que la sentencia no fue un capricho sino un juicio de retribución a una falta grave. Cualquiera pudiera argumentar que esta sentencia fue así porque el hombre no era hebreo 100% sin embargo Dios añade que esto se debía de hacer al “extranjero como el natural…” Blasfemar el Nombre de Jehová es una ofensa grave delante de Dios. Pensemos en todas las veces que utilizamos el nombre de Dios en expresiones que ofenden el Nombre. No usemos el Nombre del Señor sino para bendecir de corazón.

Otro aspecto maravilloso del Señor es su promesa de que si el pueblo hacía conforme a sus ordenanzas, Dios les haría habitar seguros y además haría que la tierra diere su fruto. ¿Quién como Jehová nuestro Dios?

En Oración

Gracias Señor por tus maravillas, por tus promesas que siempre cumples. Perdóname por muchas veces tomar tu Nombre ligeramente y ayúdame a usar tu Nombre con un propósito de bendición. Por Jesucristo, amén.

Lo Supremo o las Sobras

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En la Palabra

Lectura: Levítico 22-23

Jehová habló a Moisés para establecer los requerimientos de los sacerdotes para participar de las ofrendas ofrecidas a Jehová. Nadie fuera de los sacerdotes o los que vivían en su casa podían comer de lo que había sido ofrecido a Dios en sacrificio. Las hijas casadas no podían comer de lo del sacerdote. Los esclavos comprados podían comer de la porción del sacerdote. Si alguien comía de ello que no fuera autorizado por Dios, profanaba el nombre de Jehová y era cortado del pueblo.

Dios no solo establece las condiciones para que los sacerdotes y los de su casa pudieran comer de los sacrificios ofrecidos a Jehová, sino que además establece los requisito para ofrecer sacrificio a Jehová.

“Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros…Y no profanéis mi santo nombre, para que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel. Yo Jehová que os santifico, (22:20,32)

En el capítulo 23 el Señor ordena las fiestas que deben celebrarse anualmente, la pascua y panes sin levadura, las fiesta de los primeros frutos y la cosecha (Pentecostés), las fiesta de las trompetas y los tabernáculos. 

En la Practica

Dios eligió a la tribu de Leví y específicamente a los descendientes de Aarón para ser los sacerdotes del pueblo.  Las ofrendas que el pueblo ofrecía a Dios debían ser perfectas, no se podía ofrecer los animales enfermos o dañados, debía de ser lo mejor.  Así como los sacerdotes tenían que cumplir con lo establecido por Dios para presentar ofrendas , igualmente el pueblo debía ofrecer lo mejor al Señor.

Esto habla tremendamente a nosotros; aunque la salvación no es por hacer lo mejor sino únicamente por la fe en Jesucristo, como cristianos tenemos la responsabilidad moral y espiritual de ofrecerle lo mejor al Señor. Creo que tenemos que hacer conciencia y darnos cuenta que no hemos aprendido a darle a Dios lo mejor sino únicamente las sobras. Le ofrecemos las sobras de nuestro tiempo; “si tengo tiempo hago mi devocional…”; “si  me sobra algo de dinero, se lo doy al Señor”; “si no tengo otra cosa que hacer voy a la iglesia…”  Esta fue la sentencia que Dios dio al pueblo de Israel a través del profeta Malaquías, después hubo 400 años de silencio hasta que llegó Juan el Bautista predicando la llegada de Jesucristo:

⁶ El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?  ⁷ En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. ⁸ Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. (Malaquías 1:6-8)

En Oración

Señor confieso que no te he ofrecido lo mejor, tu Espíritu Santo trae convicción a mi vida. Gracias por hablarme y por producir en mi el querer como el hacer. Tu eres fiel y no vas a desamparar la obra de tus manos por Jesucristo, Amén.

El Cuidado de Dios por su Pueblo

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Para ver las predicas del pastor Alex: http://apexbaptist.org/#/en-espaol/videos

En la Palabra

Lectura: Levítico 19-21

Moisés registra las leyes que Dios establece para hacer justicia y apartarse de idolatría.  Dios dice: “No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios.” (19:4) No solo el pueblo debía guardarse de adorar otros dioses y hacer figuras de fundición o de piedra o madera sino que también debían mirar por los pobres. “Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.”

Dios manda ser honestos: “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.” (19:13) Debían tratar con dignidad a los discapacitados y respetar a los ancianos. “No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.” (19:14).  “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.” (19:32)  Igualmente debían tratar bien a los inmigrantes: “Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios” (19:34)

Otras leyes tienen que ver con la prohibición de consultar adivinos o usar tatuajes o marcas en los cuerpos. Y “…no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.” (19:28)

Una vez mas Dios habla de las leyes de moralidad sexual dando más detalles en el capítulo 20.

Los sacerdotes debían cumplir con los estatutos y requisitos que Dios estableció. Dios demanda santidad.

En la Práctica

Es maravilloso saber que Dios tiene cuidado de todo, aun lo que para nosotros serían pequeños detalles. Dios establece reglas para dar a su pueblo cuidado, provisión y seguridad, pero al mismo tiempo el pueblo debía cumplir con su obligación.

La ley de Dios no establece que se tiene que mantener a los pobres, sino que estos debían trabajar recogiendo lo que quedaba en los campos. Ellos no trabajaron, sembrando ni cosechando pero trabajaron recogiendo. ¡Que claro es Dios en este aspecto! No solo en al Antiguo Testamento sino que también el Nuevo Testamento: “⁸ porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” (1 Tim.5:8) 

Al ver estas leyes nos damos cuenta de la gran responsabilidad que tenemos cada uno de los creyentes para que en cada aspecto de nuestra vida podamos honrar a Dios. Pudiéramos resumir esta responsabilidad y privilegio en el siguiente verso:

Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. (20:22)

En Oración

Padre Celestial, gracias por mostrar tu amor, tu cuidado, tu provisión y  ver por la seguridad de tu pueblo. Ayúdanos, como hijos tuyos a cumplir con nuestras obligaciones para honrar tu nombre.  Así sea.