En la
Palabra
Lectura: 1 Reyes 17 - 18
El Señor levantó a Elías para anunciar que no
llovería en la tierra por causa del pecado de Acab por apartarse de la Palabra
de Dios. Elías tuvo que huir al desierto donde el Señor lo sustentó
milagrosamente por medio de cuervos y después por una viuda quien le preparó
alimento al profeta con el ultimo puñado de harina y lo que le quedaba de
aceite. Elías habló palabra a la viuda que no le faltaría ni aceite ni harina y
así fue. Un tiempo después, Elías resucitó al único hijo de la viuda.
Elías pidió encontrarse con Acab y todo el
pueblo en el monte Carmelo donde los confrontó diciendo que no siguieran
andando en dos pensamientos, que se decidieran seguir a Dios o a el ídolo Baal.
Elías retó a 450 profetas de Baal y 400 profetas de Asera a demostrar que sus
dioses podían mandar fuego sobre un sacrificio y toda la mañana y parte de la
tarde clamaron a sus dioses quienes no pueden responder. Elías reparó el altar
de Dios, oró y el fuego consumió el sacrificio, las piedras y aún el agua que
había vertido sobre el sacrificio y había llenado una zanja que cavó alrededor.
Elías oró por lluvia siete veces y cundo su
siervo miró una pequeña nube, Elías mandó avisar a Acab de una gran tormenta la
cual sucedió.
Jezabel, esposa de Acab, manó amenazar a
Elías quien huyó al desierto y deseaba morirse pero un ángel del Señor le llevó
alimento dos veces y le dijo que le quedaba un largo camino. Elías llegó a al
monte Horeb y se metió en una cueva donde el Señor le dijo que saliera de la
cueva y vino un viento recio, un terremoto y un fuego pero Dios no estaba en
ellos. El señor le habló en un silbido apacible y le dijo que ungiera a Hazael
como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel y a Eliseo como profeta en su
lugar. En el camino, encontró a Eliseo arando y puso sobre el su manto; Eliseo
dejando todo siguió a Elías.
En la
Práctica
Este pasaje nos deja varias lecciones
prácticas; la primera es acerca de
la obediencia. Elías obedeció al Señor y fue al desierto (cuando Dios había
dicho que habría sequía). ¿No pensaría Elías que ese era el lugar menos
indicado para ir en una sequía? Sin embargo, Elías fue y Dios le sustentó. La
segunda lección es acerca de la provisión de Dios; no solo proveyó alimento a
Elías en el desierto sino que la viuda al obedecer al profeta y prepararle
alimento con lo único que tenía, (otra vez vemos la obediencia), el Señor la
sustentó y no tuvo falta ni de harina ni de aceite. ¡Que lección tan
maravillosa! Creer significa confiar, cuando le damos a Dios lo que es de él
(el diezmo), el promete sustentarnos (lee Filipenses 4:19). ¿Estas siendo fiel
al Señor? Como dice Pablo en ese pasaje de Filipenses; “no es que busque
dádivas sino fruto que abunde en su cuenta.” La bendición finalmente es para ti
porque verás fruto abundando en tu cuenta.
La tercera lección es acerca de nuestra
convicción: ¿Hasta cuando andaremos entre dos pensamientos? ¿Has decidido de
todo corazón amar, servir y caminar con Dios o tu mente y tu lealtad están
divididas? Eliseo recibió el llamado tan solo cuando Elías puso su manto sobre
el y dejó todo para seguir a Elías. El Señor Jesús nos ha vestido de su
justicia; ¿no deberíamos seguirle fielmente?
En Oración
Gracias Señor por las lecciones recordadas en
este día. Gracias por llamarme y por vestirme de la justicia de tu Hijo
Jesucristo en su Nombre, amén.
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