En la
Palabra
Lectura: 1 Reyes 10-11; 2Cronicas 9
La fama de Salomón por su sabiduría se
extendió por todas partes de tal manera que mucha gente venía a verlo, como la
reina de Saba, otros anhelaban ver su rostro por su sabiduría: “Así excedía el
rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. Toda la tierra procuraba ver la cara de
Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.” (1 Reyes
10:23-24)
Sin embargo en su vejez se apartó de Jehová
por seguir el amor de las mujeres extranjeras y desvió su corazón para no servir a Dios. Inclusive
construyó altares a los dioses detestables Moloc y Quemos además que siguió a
Astoret y Milcom. Por esta causa
Dios se enojó con Salomón y le dijo que le iba a quitar el reino en los tiempos
de su hijo, pero por amor a David, no le quitaría todas las tribus. Salomón
murió y reinó en su lugar Roboam su hijo.
En la
Práctica
Que terrible fin para un hombre lleno de
sabiduría. Cuando Salomón decidió desobedecer el mandato de Dios de no tomar
mujeres extranjeras, estaba firmando su sentencia, porque desviaría su corazón
tras de los ídolos (Ex. 34:16, D. 7:3-4). Es muy fácil para una cultura
tradicional de machistas culpar a la mujer. De hecho muchas veces se culpa a la
mujer (Eva) por el pecado original. Si leemos bien, Adán comió del fruto no por
culpa de Eva, el tenía la libertad de decidir y sin embargo decidió mal.
¿Cuándo vamos a aprender a no culpar a otros por nuestras decisiones? Tampoco
podemos decir que las mujeres fueron las culpables de que Salomón se apartara
del Señor. Salomón decidió en su corazón desobedecer a Dios, desviar su corazón
y por agradar a sus mujeres seguir a sus dioses; pero esto fue decisión de
Salomón. ¿Cuáles son las decisiones que estas tomando que te están apartado del
Señor para adorar a otros ídolos? Puede ser el futbol, las telenovelas, los
bailes, un amorío en desobediencia a Dios? No culpes a otros por tus
decisiones. Que tus decisiones reflejen el temor y la obediencia a tu Señor, al
Dios que te ama.
El relato de este día comienza con un reinado
glorioso donde todos los reyes de la tierra quieren conocer a Salomón por su
sabiduría. También se ve su gloria en la descripción de su palacio y sur
riquezas pero todo ello contrasta terrible y tristemente con un hombre que se
aleja de Dios y termina diciendo: “Y durmió Salomón
con sus padres, y fue sepultado…” Así terminó el relato del hombre mas sabio y
rico de la tierra. ¿Cómo terminarás tus días? Pablo dijo:
6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y
el tiempo de mi partida está cercano.
7 He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe.
8 Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida. (2 timoteo 4:6-8)
Quiera Dios que este sea el anhelo de nuestra
vida como hijos y siervos de Dios…
En Oración
Señor, todavía resuenan las palabras de
Salomón en mi corazón: “mejor es la buena fama que el buen ungüento, y mejor el
día de la muerte que el día del nacimiento, porque el que vive lo pondrá en su
corazón.” ¿Quién diría que Salomón terminaría así? Señor, que cada día de mi
vida permanezca fiel a ti hasta el día en que regreses o me llames a tu
presencia. Por Jesucristo, amén.
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