En la Palabra
Lectura: 1 Reyes 22, 2 Crónicas 18
El rey Josafat de Judá fue a visitar al rey Acab de Israel quien
lo invitó a ir con el a pelear para recobrar Ramot de Galaad. Josafat pidió que
se consultara a Jehová pero el rey Acab llamó a sus profetas quienes
“profetizaron” prosperidad y victoria. Josafat pidió que se le hablara a
Micaías quien era profeta de Jehová. Este profetizó que Israel sería derrotado
y por ello fue golpeado por el “profeta” Sequías quien burlonamente le dijo,
¿cuándo se fue de mi el espíritu de profecía? Dios había mandado un espíritu de
mentira a los profetas de Acab (1 Reyes 22:19-22). Aunque Acab se disfrazó para
ir a la batalla, una flecha “perdida” lo mató y se cumplió la Palabra de
Micaías. Ocozías hijo de Acab reinó en Israel pero hizo lo malo a los ojos de
Jehová igual que su padre Acab y su madre Jezabel.
En la Práctica
Cuánto es necesario escuchar la Palabra de Dios en nuestros días
porque como en los días de Josafat y Acab hay espíritus engañadores que hablan
mentira en boca de “profetas” hablando prosperidad y no confrontando el pecado
como lo hizo Micaías.
A los profetas verdaderos se les critica por hablar con la Palabra
de Dios y a los falsos se les exalta por hablar palabra “inspirada” pero por
espíritus engañadores. El apóstol Pedro dice que tenemos la Palabra profética más
segura; es mas segura que los sueños, es más segura que las visiones, es más
segura que las experiencias. Tengamos cuidado con creer falsos mensajes proféticos
y confiemos en la Palabra de Dios.
En Oración
Gracias Señor por tu Palabra que es una lámpara a mis pies y una
lumbrera en mi camino, tu Palabra es fidedigna, puedo confiar plenamente en
ella; es inspirada y me enseña, me corrige, me reprende y me instruye. Bendito
seas por tus dichos, todos ellos justos, en el nombre de Jesús, amén.