Friday, July 27, 2012

Restauración Espiritual


En la Palabra
Lectura: 2 Reyes 18, 2 Crónicas 29-31, Salmo 48

Samaria, la capital del reino del norte, cayó ante los asirios y después estos fueron a intimidar a Jerusalén ensoberbeciéndose diciendo que nadie había podido librar a las otras naciones del poder de la mano del rey de Asiria. Pero en Judá comenzó a reinar Ezequías de quien se dice que no hubo un rey como el ni antes ni después. Ezequías trajo grandes reformas espirituales a Judá, aun llamó al pueblo a celebrar la pascua, restauró el sacerdocio y la adoración a Dios,

En la Práctica
El rey Ezequías es un ejemplo para cada uno de nosotros porque  en medio de un pueblo que se había alejando de Dios, que había adquirido costumbres paganas, Ezequías se levantó como el líder espiritual de la nación y llevó al pueblo a acercarse a Dios. Motivó a los levitas y a los sacerdotes a ejercer el sacerdocio de acuerdo a lo establecido por Dios en la ley de Moisés. Restauró también la pascua e invitó al remanente de las tribus de Israel que vinieran a Jerusalén a celebrarla. ¿Cuál fue el resultado? Algunos de Israel fueron a Jerusalén pero la mayoría se burlaron de Ezequías. ¿Qué nos enseña esto a nosotros? Al igual que Ezequías, vivimos en medio de una iglesia tibia (obviamente no todas) pero hay “cristianos” que han creado su cristianismo muy “light” donde no hay un compromiso con Dios, donde no se cumple lo que dice Pablo en Gálatas: “con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi.” Son creyentes que aun se burlan de los que quieren vivir de acuerdo a la entrega y santidad que el Señor demanda. Así como Ezequías, traigamos reformas espirituales a nuestra propia vida, restauremos nuestro altar personal de devoción a Dios e invitemos a nuestra familia, iglesia y vecinos a la comunión con Dios. Que el Señor nos de gracia sí como a Ezequías: 12 En Judá también estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová. (2 Cr.29:12)

En Oración
Padre, eres digno de toda adoración y consagración de mi vida a ti. Confieso mi necesidad de ti cada día porque constantemente quiero vivir mi vida a mi manera. Llename de tu Espíritu y sabiduría para vivir en comunión contigo y que pueda inspirar a otros a vivir cerca de ti, por Jesucristo, así sea.

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