En la Palabra
Lectura: Romanos 8 – 10

En la Práctica
El tema de la elección o predestinación solo se puede entender por la
soberanía de Dios. Pablo lo trata de explicar con los ejemplos de Jacob y Esaú,
así como también el ejemplo de Faraón; “tendré misericordia de quien yo tenga misericordia,
y me compadeceré del yo me compadezca. Así que no depende del que quiere ni del
que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Pablo adelantándose a lo que
los lectores juzguen de injusto a Dios, les recuerda que Dios es soberano y
pregunta: “… ¿quién eres tu para que alterques con Dios?
Creo que es muy importante para no malentender este pasaje que, a mi parecer,
Pablo quiere que el pueblo judío entienda que aunque ellos fueron escogidos en
la soberanía de Dios, ahora, también por la soberanía de Dios, el Señor está
llamando a lo Gentiles, que no eran pueblo (9:25), por ello al entrar al capítulo
10, el tema de la soberanía y la predestinación parecen cambiar al de “libre
albedrío” argumentando que “todo aquel que creyere en el Señor no será
avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que
es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel
que invocare el nombre del Señor será salvo.” El Señor Jesús dejó clara la
comisión para los creyentes, de ir y hacer discípulos en todas las naciones…”
Nuestra responsabilidad es compartir el evangelio, y Dios salvará a aquellos
que creen. Una vez un maestro de la Palabra y teólogo dijo: “entre mas puertas
toco para compartir el evangelio, más predestinados encuentro…” ¿Estamos
compartiendo el evangelio?
En Oración
Señor, que maravillosa es tu Palabra. Gracias por tu soberanía, gracias
por tu amor y gracias por la salvación que nos ofreces en Jesucristo a todo
aquel que cree. Bendito ere, en el nombre de Jesús, amén.
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