En la
Palabra
Lectura: 2 Corintios 5 - 9
Pablo enseña acerca de lo que sucede después
de la muerte, cuando nuestro cuerpo se “deshace”, seremos revestidos de un
cuerpo “celestial.” Por ello podemos vivir confiados que cuando estemos
ausentes del cuerpo, estaremos presentes con el Señor y también, Pablo nos
enseña, que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo para recibir
recompensas de acuerdo a las obras. Con esta conocimiento, Pablo exhorta para
que vivamos para Cristo quien murió por todos nosotros y dice que; “…si alguno
está en Cristo; nueva criatura es; las cosas viejas pasaron y todas son hechas
nuevas” (5:17) Todo esto es porque Dios nos reconcilio consigo mismo, Jesús,
quien “no conoció pecado, por nosotros se hizo pecado para que nosotros fuéramos
hechos justicia de Dios en él” (5:21). No recibamos en van la gracia de Dios,
no nos unamos en yugo desigual con lo incrédulos, porque; ¿qué comunión tiene
la luz con las tinieblas? ¿qué comunión tiene el templo de Dios con los ídolos?
Nosotros somos el templo de Dios (6:16). En el capítulo 7 Pablo hace mención al
arrepentimiento y la rectificación que mostraron por la reprensión que los
hizo, diciéndoles que “la tristeza que es según Dios es para arrepentimiento
para salvación. En los capítulo 8 y 9 enseña grandes lecciones sobre la
ofrenda. En este caso se estaba juntando una ofrenda para la iglesia en
Jerusalén diciendo que las iglesias de Macedonia habían dado más de lo que
podían y Pablo esperaba que la iglesia de Corintio hiciera lo mismo recordándoles
que el que siembra generosamente también cosecha generosamente. “Cada uno de
cómo propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama
la dador alegre.” (9:7)
En la
Práctica
Una de las lecciones prácticas de este pasaje
es la esperanza que como cristianos, nacidos de nuevo, tenemos. Tenemos una
seguridad indubitable de la vida eterna, y por lo tanto de la resurrección;
pero en esta vida estamos sembrando para la vida eterna. Pablo recuerda que
todos los creyentes (cristianos nacidos de nuevo) al morir no pasarán al juicio
porque sus pecados ya fueron perdonados en Cristo, pero todos los cristianos
pasaremos por lo que se llama el tribunal de Cristo. Este tribunal es para
recibir recompensas de acuerdo a las obras que hayamos hecho mientras estuvimos
en la carne. En el desfile triunfal de Jesucristo y la inauguración de su reino
lanzaremos al Señor las coronas que hayamos obtenido, como se hacía en los
desfiles triunfales en la antigüedad. Obtener estas recompensas es posible
porque ahora somos nuevas criaturas, como dice el libro de Efesios, creados en
Cristo Jesús para buenas obras. La vida Cristiana es una vida de actividad y de
obras, no para salvación, sino como resultado de la salvación. Estas buenas
obras no son para gloria personal, sino para la gloria de Dios. Todo lo que
hagas, recuerda que lo haces para el Señor y no para los hombres. Entre las
cosas con las que damos gloria a Dios y le honramos es con nuestras ofrendas. Desgraciadamente
este es un tema que ha sido abusado por algunos que han hecho mercadería de la
fe; pero el tema de la ofrenda es una enseñanza Bíblica donde Dios promete
retribuir en bendición a aquel que ofrenda alegremente buscando honrar a Dios.
En Oración
Señor gracias por la vida eterna que has
preparado para tus hijos, gracias por la seguridad que tenemos de esta
esperanza pero a la vez, la gran responsabilidad de vivir de acuerdo a la nueva
criatura que has creado. Danos sabiduría para vivir de esa manera, en el nombre
de Jesús, amén.
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