Saturday, December 8, 2012

Invirtiendo en la Vida Eterna


En la Palabra
Lectura: 2 Corintios 5 - 9

Pablo enseña acerca de lo que sucede después de la muerte, cuando nuestro cuerpo se “deshace”, seremos revestidos de un cuerpo “celestial.” Por ello podemos vivir confiados que cuando estemos ausentes del cuerpo, estaremos presentes con el Señor y también, Pablo nos enseña, que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo para recibir recompensas de acuerdo a las obras. Con esta conocimiento, Pablo exhorta para que vivamos para Cristo quien murió por todos nosotros y dice que; “…si alguno está en Cristo; nueva criatura es; las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas” (5:17) Todo esto es porque Dios nos reconcilio consigo mismo, Jesús, quien “no conoció pecado, por nosotros se hizo pecado para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él” (5:21). No recibamos en van la gracia de Dios, no nos unamos en yugo desigual con lo incrédulos, porque; ¿qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿qué comunión tiene el templo de Dios con los ídolos? Nosotros somos el templo de Dios (6:16). En el capítulo 7 Pablo hace mención al arrepentimiento y la rectificación que mostraron por la reprensión que los hizo, diciéndoles que “la tristeza que es según Dios es para arrepentimiento para salvación. En los capítulo 8 y 9 enseña grandes lecciones sobre la ofrenda. En este caso se estaba juntando una ofrenda para la iglesia en Jerusalén diciendo que las iglesias de Macedonia habían dado más de lo que podían y Pablo esperaba que la iglesia de Corintio hiciera lo mismo recordándoles que el que siembra generosamente también cosecha generosamente. “Cada uno de cómo propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama la dador alegre.” (9:7)

En la Práctica
Una de las lecciones prácticas de este pasaje es la esperanza que como cristianos, nacidos de nuevo, tenemos. Tenemos una seguridad indubitable de la vida eterna, y por lo tanto de la resurrección; pero en esta vida estamos sembrando para la vida eterna. Pablo recuerda que todos los creyentes (cristianos nacidos de nuevo) al morir no pasarán al juicio porque sus pecados ya fueron perdonados en Cristo, pero todos los cristianos pasaremos por lo que se llama el tribunal de Cristo. Este tribunal es para recibir recompensas de acuerdo a las obras que hayamos hecho mientras estuvimos en la carne. En el desfile triunfal de Jesucristo y la inauguración de su reino lanzaremos al Señor las coronas que hayamos obtenido, como se hacía en los desfiles triunfales en la antigüedad. Obtener estas recompensas es posible porque ahora somos nuevas criaturas, como dice el libro de Efesios, creados en Cristo Jesús para buenas obras. La vida Cristiana es una vida de actividad y de obras, no para salvación, sino como resultado de la salvación. Estas buenas obras no son para gloria personal, sino para la gloria de Dios. Todo lo que hagas, recuerda que lo haces para el Señor y no para los hombres. Entre las cosas con las que damos gloria a Dios y le honramos es con nuestras ofrendas. Desgraciadamente este es un tema que ha sido abusado por algunos que han hecho mercadería de la fe; pero el tema de la ofrenda es una enseñanza Bíblica donde Dios promete retribuir en bendición a aquel que ofrenda alegremente buscando honrar a Dios.
En Oración
Señor gracias por la vida eterna que has preparado para tus hijos, gracias por la seguridad que tenemos de esta esperanza pero a la vez, la gran responsabilidad de vivir de acuerdo a la nueva criatura que has creado. Danos sabiduría para vivir de esa manera, en el nombre de Jesús, amén.

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