José fue vendido por envidia de sus hermanos
a unos madianitas quienes a su vez lo llevaron a Egipto y lo vendieron como
esclavo. José trabajo en casa de un oficial llamado Potifar. La Biblia dice:
“mas Jehová estaba con José y fue varón próspero” (38:2). Dios dio gracia a
José y llegó a ser mayordomo de la casa de Potifar, sin embargo fue tentado por
la mujer de Potifar y José siendo muy joven razonó de la siguiente manera:
“cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (38:9). José era
un joven integro, su integridad lo llevó a la cárcel (de esa manera prosperó).
El v.23: “…porque Jehová estaba con José, y lo que el hacía, Jehová lo
prosperaba.” En la cárcel, el copero y el panadero del faraón tuvieron cada uno
un sueño que los puso tristes: José les preguntó la razón de su tristeza y
ellos le contaron que tuvieron un sueño. José podía estar amargado porque el
sabía de sueños frustrados (los suyos), sin embargo sabía que Dios interpreta
los sueños e interpretó los sueños del panadero y el copero los cuales se
cumplieron. El llamado de Dios generalmente tarda tiempo en cumplirse; durante
este tiempo Dios refina nuestra fe y nuestra paciencia. El libro de Hebreos
dique nos “es necesaria la paciencia para que, habiendo hecho la voluntad de
Dios, recibamos la promesa…” El problema es que vivimos en una sociedad donde
todo se quiere obtener instantáneamente. Dios va a cumplir su promesa, ten
paciencia y se integro como José. No dejes que los sueños que Dios te dio se frustren
por impaciencia.
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