Después de varios años en la escuela del
quebrantamiento, en la que lo tuvo el Señor, José fue levantado a la posición
de primer ministro de Egipto. Cuando hubo hambre en la tierra sus hermanos
tuvieron que ira Egipto y postrarse ante faraón para pedir alimento. Aunque no
era la intención de José que sus hermanos se postraran ante él, se estaba
cumpliendo el sueño que muchos años antes les había contado y por lo que se
enojaron contra José. José quería saber si su padre, Jacob, aún vivía y también
acerca de su hermano Benjamín. José ideó un pan para hacerles volver con
Benjamín. Cuando Benjamín vino, José no pudo contener más la emoción y les
declaró que el era José a quien ellos habían vendido. (Lo increíble es que
ellos seguían contando la historia de que José había muerto - ¡como las
mentiras muchas veces las terminamos creyendo como verdad!) José sin embargo
les dice: “Dios me envió delante de vosotros para daros vida por medio de gran
liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha
puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa, y por gobernador en toda la
tierra de Egipto” (42:7-8). Es necesario que los siervos de Dios pasemos por la
escuela del quebrantamiento, para que el Señor pueda cumplir su propósito en
sus siervos. Dios cumple su propósito en nosotros (Salmo 138:8).
No comments:
Post a Comment