Tuesday, January 29, 2013

Me Fromaste y Me Favoresiste



Job 10 – 13

Job comienza a revelar algo que está en su corazón, una actitud escondida en lo mas profundo de su ser. En medio de su desesperación por su condición física, en medio de su dolor por las acusaciones de sus amigos. En medio de su defensa ante Dios, Job llega al punto del quebrantamiento y dice: “¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma. Le he dicho a Dios: No me condenes. Dime qué es lo que tienes contra mí” (10:1-2). En algún momento de nuestra vida todos, pasaremos, hemos pasado, o estamos pasando por momentos donde sentimos que Dios nos ha fallado o que las personas a nuestro alrededor nos han fallado a tal grado que afectan nuestra relación con Dios.
Job, en su discurso con Dios, dice: “Tu me hiciste con tus propias manos; tú me diste forma…Recuerda que tu me moldeaste, como al barro…Me diste vida, me favoreciste con tu amor, y tus cuidados me han infundido aliento. Pero una cosa mantuviste en secreto…que si peco, tú me vigilas y no pasas por alto mi pecado.
¡Que gran enseñanza para nosotros! Los que estamos heridos… Dios nos formó, nos favoreció con su amor y sus cuidados nos infunden aliento. Sin embargo, el pecado nos hace miserables. Aunque Job no pecó, Dios lo llevó al punto de mostrarle algo que estaba arraigado en su corazón y que al final del libro, en su tiempo, podremos observar. Hoy por lo pronto, reconozcamos que Dios nos formó y que el nos ha favorecido; y aun en medio de nuestras circunstancias, el Señor se va a glorificar. Su amor nos infunde aliento.

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