Thursday, February 21, 2013

El Pacto de Dios


Éxodo 19 - 21

Con muchas demostraciones de poder después de andar tres meses en el desierto, el Señor llevó al pueblo a Sinaí. Ahí Dios pide al pueblo que se prepare para hacer un pacto con Él. Debían purificarse por tres días al final de los cuales Dios mismo se presentaría a la vista de todo el pueblo entre relámpagos y truenos, una densa nube y un sonido muy fuerte de trompeta. Desde ahí el Señor habló a todo el pueblo y les dio los Diez Mandamientos:
1.     No tendrás dioses ajenos delante de mi
2.     No te harás imágenes que representen a Dios. No te inclinarás ante imágenes ni las honrarás. Yo soy Jehová tu Dios, fuerte y celoso que visito la maldad
3.     No pronuncies el Nombre del Señor a la ligera
4.     Consagra el Sábado
5.     Honra a tu padre y a tu madre
6.     No mates
7.     No cometas adulterio
8.     No robes
9.     No mientas
10.  No codicies

Esta es la Ley moral de Dios. ¿Tu crees que los seres humanos hemos quebrantado estos mandamientos? Estos son solo 10, no los 613 mandamientos que los eruditos, maestros de la ley compilaron en el Talmud. Por ello necesitamos un salvador. En su amor Dios se revela a los hombres, pero su santidad demanda justicia. Jesucristo es nuestra justicia ante Dios; por ello Jesús es Salvador. ¿Es Jesucristo tu Salvador? El Antiguo Pacto nos condena, el Nuevo Pacto nos puede salvar.


No temas, Actúa en el Poder de Dios


Éxodo 14 – 18

Al salir de Egipto después de 430 años de esclavitud y con señales milagrosas del poder de Dios, cualquiera diría que los israelitas estarían confiados en el plan, el propósito y el poder de Dios para llevarlos a la tierra prometida. Sin embargo, tan pronto salieron, vino la primer prueba de su confianza en Dios. El Señor endureció el corazón de faraón quien salió con su ejército a perseguir a los israelitas. El pueblo se quejó con Moisés:
¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá par morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? Ya en Egipto decíamos “¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios!” ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto! (14:11-12)

¿Cuántas veces nosotros mismos no somos como el pueblo de Israel? Nos cuesta creer las promesas de Dios y desconfiamos de su Palabra. ¿Qué hizo Moisés? Simplemente les dijo: “no tengan miedo…mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará a favor de ustedes… quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes.”  Dios después le dijo a Moisés que levantara su vara y extendiera su brazo sobre el mar para hacer camino entere las aguas. Dios nos ha dado el poder de su Espíritu Santo en nuestra vida, tenemos su Palabra y sus promesas; ¿puedes confiar en ellas?


Tuesday, February 12, 2013

La Sangre del Cordero


Éxodo 10 - 13

Para liberar al pueblo de Israel de Egipto, el Señor envía por medio de Moisés y Aarón 10 plagas que incluye la muerte del primogénito en toda la tierra de Egipto. Para libar de la muerte a los primogénitos de Israel, Dios establece la Pascua. Cada familia debía sacrificar a un cordero de un año sin defecto y la sangre debía de untarla en los postes de la puertas y en los marcos de las ventanas. Esta señal de la sangre del cordero haría que la muerte pasara de la casa que estuviera marcada y ahí no habría mortandad.
La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se encuentran, pues al verla pasaré de largo. Así cuando hiero yo de muerte a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga destructora.
Este evento tiene un significado teológico muy profundo. En el evangelio de Juan, Juan el Bautista identifica a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jesús derramó su sangre en la cruz del calvario, El fue el sacrificio por nuestros pecados. Todo aquel que confía en este sacrificio, se arrepiente y confiesa a Jesucristo como Salvador es perdonado y no sufrirá perdida, es decir, el castigo eterno. El apóstol Pedro lo pone de esta manera:
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación (1 Pedro 1:18-19).

Este es el amor de Dios que nos libra del pecado, nos perdona y nos da una nueva vida. ¿Has sido rescatado por la sangre del Cordero?

Monday, February 11, 2013

Lo Increíble de la Incredulidad


Éxodo 5 - 9

El título de este blog parece una contradicción en si misma, y en un sentido lo es, pero creo que refleja al pueblo en su incredulidad ante la segura Palabra  de Dios. Pensar que el pueblo no creyeó a Dios, para nosotros resulta increíble.
Moisés tenía una doble labor, convencer a faraón que dejara ir al pueblo y convencer al pueblo de que confiaran en Dios quien les daría libertad. ¿Qué sería más difícil? ¿El corazón duro de faraón o la incredulidad del pueblo de Israel? En Éxodo 6:6-7 el Señor les da esta palabra a Moisés:
Así que ve y diles a los isrealitas: “Yo soy el Señor, voy a quitarles de encima la opresión de los egipcios. Voy a librarlos de su esclavitud: voy a liberarlos con gran despliegue de poder y con grande actos de justicia. Haré de ustedes mi pueblo; y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los libró de la opresión de los egipcios.
Con esta Palabra de Dios para los israelitas, cualquiera diría que confiarían en ella; sin embargo el relato dice: “Moisés les dio a conocer esto a los israelitas, pero por su desánimo y las penurias de su esclavitud ellos no le hicieron caso.” (v.9)
¡Qué increíble! Pero parece que esto es algo muy común en el corazón del hombre. El problema del pueblo es que se había acostumbrado a la esclavitud, no tenían esperanza, estaban desanimados y habían sufrido mucho. Tal vez por todo ello, pensaban que su situación nunca podría cambiar. Pero estaban en los propósitos del Señor Todopoderoso y lo que para los hombres es imposible, para Dios es posible. Podemos confiar en la Palabra de Dios, esto es la fe Bíblica; si Dios lo dice en su Palabra, puedes creerlo. Es increíble que seamos incrédulos.

El Poder de Dios


Éxodo 1 – 4

El Señor habló a Moisés y lo comisionó para sacar al pueblo de Israel de Egipto. La tarea no iba a ser sencilla, al contrario, faraón endurecería su corazón para no dejar ir al pueblo. Moisés ante tal tarea no cree que es la persona indicada, de hecho, pone pretextos: “¿quién soy yo para presentarme ante el farón…?”  El Señor le dijo: “Yo estaré contigo…” (3:11-12). Además el Señor le dejó claro “manifestaré mi poder…” (3:20). Moisés también preguntó: “¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso?” el Señor le preguntó: “¿qué tienes en la mano?” Moisés respondió: “una vara” (4:1-2). Dios le dijo a Moisés que arrojara la vara y esta se convirtió en culebra, después le pidió que tomara a la culebra de la cola, la cual se convirtió una vez mas en vara. Esta señal serviría para que el pueblo creyera que Dios envió. Aún así Moisés siguió poniendo pretextos diciendo: “Señor, yo nunca me distinguido por mi facilidad de palabra…” Dios le contestó: “¿Y quién le puso la boca al hombre?” Moisés le rogó al Señor que enviara a otra persona. Dios le concedió que Aarón fuera con él, pero le advirtió:  “no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.”
¿Te ha asignado Dios alguna función? Aunque no lo creas, eres la persona indicada para ello. Todos los creyentes tenemos la comisión de predicar el evangelio. ¿No te has distinguido por tener facilidad de palabra? ¿Quién le puso boca al hombre? Además, así como a Moisés, Dios nos ha dado su Espíritu Santo. “Recibirán poder cuando venido sobre ustedes el Espíritu Santo y me serán testigos…” (Hech. 1:8). Podemos cumplir con la comisión de predicar el evangelio usando el poder de Dios. “No te olvides de llevar la vara porque con ella harás grandes señales…”


Friday, February 8, 2013

La Restauración por el Perdón


Job 40 – 42; Salmo 29

Después de que Job reconoció la soberanía de Dios, el Señor habló a los amigos de Job y los reprendió por haber juzgado mal a Job. Por ello, les pide que ofrezcan un holocausto por ellos mismos y Job oraría por ellos para que no quedaran en vergüenza. Finalmente Job oró por ellos. Una vez que Job oró el Señor restauró a Job dos veces más lo que tenía; catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, además de siete hijos y tres hijas. ¿Cuál es finalmente el mensaje de Job? Durante todos los primeros 38 capítulos leemos de los argumentos de ambas partes, tanto de Job y sus amigos acerca de por qué los justos sufren. Y aunque el libro no nos da una respuesta definitiva a la pregunta, nos damos cuenta que los amigos de Job estaban equivocados en sus juicios; pero también Job se equivocó al enojarse con sus amigos. Lo maravilloso en este libro de Job es la restauración. Los amigos de Job se arrepintieron de sus juicios infundados, ofrecieron holocaustos, Job oró por ellos y todo fue restaurado al doble, aún los hijos de Job. ¿Alguna vez se ha deteriorado alguna relación con una persona por algún malentendido, juicios infundados u otras cosas? Job perdonó a sus amigos y oró por ellos y Dios le restauró. Si te ha sucedido algo así, perdona y ora por la persona y mira las grandes cosas que Dios puede hacer.  

Nota interesante:
En la Nueva Versión Internacional dice que Job tuvo catorce hijos, en la Reina Valera dijo que siete. En el Hebreo dice (shib`anah) siete hijos, y en la Septuaginta dice (hepta) siete hijos. Creo que los traductores de la NVI quisieron resolver un posible conflicto, Job recibió el doble de todo, aún de hijos, pero realmente Job no perdió sus siete hijos y tres hijas, él sabía dónde estaban, aunque no los tenía con él. Cuando Job y todos sus hijos murieron, seguramente contaron 14.

Wednesday, February 6, 2013

Conociendo a Dios


Job 37 – 40, Salmo 19

Después de tantos argumentos de ambas partes, tanto de Job como de sus amigos, finalmente la Biblia dice que el Señor le respondió a Job desde la tempestad, y con una serie de preguntas, hace que Job “toque piso” y recapacite en sus argumentos. “¿Quién es este que oscurece mi consejo con palabras carentes de sentido?” (38:1)  “El Señor dijo también le a Job: ‘¿Corregirá al Todopoderosos quien contra él contiende? ¡Que responda a Dios quien se atreve a acusarlo!’”(40:1) El Señor de una manera magistral lleva a Job a un punto donde tiene que razonar todo lo que ha dicho, y al ser puesto en perspectiva, se da cuenta que sus argumentos han sido faltos. Una de las cosas que personalmente aprecio mucho de Dios es que Él pide que le amemos con todo nuestro corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (Mar. 12:30). El cristianismo no es un sistema de dogmas, sino un sistema de proposiciones lógicas que pueden ser analizadas y razonadas intelectualmente. Cuando una persona ama a Dios con todo el corazón pero sin entendimiento, se vuelve un fanático. Cuando una persona solo ama a Dios con el entendimiento pero sin emoción, se vuelve un intelectual frío. El Señor establece un balance, para que podamos conocerlo y amarlo voluntariamente. El se ha revelado en Jesucristo y la Biblia da testimonio de Él (Juan 5:39). Podemos conocer a Dios, escuchando su Palabra y atendiendo su consejo.

Monday, February 4, 2013

Juzgando a los Demás


Job 33 – 36

Ahora es Eliú quien interviene acusando a Job y diciendo que Job se equivoca a l decir que el inocente de pecado. Eliú dice cosas muy ciertas acerca de Dios, “ ¡Es inconcebible que Dios haga lo malo, que el Todopoderoso cometa injusticias!...El Todopoderoso no pervierte el derecho!” Aunque estas declaraciones son correctas, la suposición de Eliú de que el justo no puede sufrir, es equivocada. Eliú llega a decir: “ ¡Que sea Job examinado, pues como un malvado ha respondido! A su pecado ha añadido rebeldía;” ¡Que fácil es juzgar a los demás! El Señor Jesús en el Sermón del Monte enseñó que no debiéramos ver la paja en el ojo del hermano cuando en no vemos la viga que está en nuestro propio ojo. El apóstol Pablo dice que cuando sorprendamos a alguien en alguna falta, los que son espirituales deben restaurarle en espíritu de mansedumbre considerándose uno a sí mismo primero. Cuando nosotros somos los que juzgamos, como Eliú; ¿no somos nosotros los que a nuestro pecado añadimos rebeldía? ¿Qué le agradara mas a Dios, que juzguemos o restauremos al hermano?

Cuando se Añora el Pasado


Job 29 – 32

Job pasó por una prueba casi insoportable; personalmente creo que la pudo suportar porque desde el principio confesó y declaro: “En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno.” En otras palabras, Job sabía que Dios tenía un propósito, aunque no entendía el por qué. Hay veces que nosotros hemos pasado, estamos pasando o pasaremos por pruebas y lo que a como salimos de la prueba es también cómo entramos en ella. ¿Estamos seguros de que Dios tiene un propósito para todas nuestras pruebas? La Biblia dice que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Ro. 8:28). En medio de su prueba, Job recuerda el tiempo en que todo en su vida estaba bien y decía que Dios era quien lo llenaba de bendición:
“ ¡Cómo añoro los meses que se han ido, los días en que Dios me cuidaba! Su lámpara alumbraba sobre mi cabeza, y por su luz podía andar entre tinieblas. ¡Que días aquellos, cuando yo estaba en mi apogeo y Dios bendecía mi casa con su íntima amistad. Cuando estaba conmigo el Todopoderosos, y mis hijos me rodeaban…”
Pensar en la fidelidad de Dios en el pasado nos puede ayudar a atravesar las circunstancias del presente.  ¿Recuerdas cómo Dios ha sido fiel? Mantente declarando su fidelidad. El es el mismo, hoy, ayer y por los siglos.

Friday, February 1, 2013

Una Determinación del Corazón


Job 25 - 28

En sus muchos discursos, en medio de las acusaciones injustas, sufriendo física y emocionalmente, Job llega un punto en que declara: “mientra haya vida en mi y aliento divino en mi nariz, mis labios no pronunciarán maldad alguna, ni mi lengua proferirá mentiras” (27:3-4). ¿Sería que Job estaba al punto del quebrantamiento, donde podría abrir la boca para maldecir a Dios? ¿Alguna vez has llegado a un punto donde tus circunstancias parecen llevarte a un punto donde sientes que te vas quebrar y puedes llegar a pronunciar maldiciones? Por que no determinar en nuestro corazón, como Job, que mientras haya aliento en nosotros no solo no pronunciaremos maldad sino que alabaremos a Dios.