Ahora es Eliú quien interviene acusando a Job
y diciendo que Job se equivoca a l decir que el inocente de pecado. Eliú dice
cosas muy ciertas acerca de Dios, “ ¡Es inconcebible que Dios haga lo malo, que
el Todopoderoso cometa injusticias!...El Todopoderoso no pervierte el derecho!”
Aunque estas declaraciones son correctas, la suposición de Eliú de que el justo
no puede sufrir, es equivocada. Eliú llega a decir: “ ¡Que sea Job examinado,
pues como un malvado ha respondido! A su pecado ha añadido rebeldía;” ¡Que fácil
es juzgar a los demás! El Señor Jesús en el Sermón del Monte enseñó que no debiéramos
ver la paja en el ojo del hermano cuando en no vemos la viga que está en nuestro
propio ojo. El apóstol Pablo dice que cuando sorprendamos a alguien en alguna falta,
los que son espirituales deben restaurarle en espíritu de mansedumbre considerándose
uno a sí mismo primero. Cuando nosotros somos los que juzgamos, como Eliú; ¿no
somos nosotros los que a nuestro pecado añadimos rebeldía? ¿Qué le agradara mas
a Dios, que juzguemos o restauremos al hermano?
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